jueves, 17 de julio de 2008

Tengo al amor agazapado en la vereda de enfrente, detrás de un árbol.
Desde allí, cada mañana, él vigila mis pasos
Yo apenas si poso mis ojos sobre él. Miro sin mirar, sin deseos siquiera de ser “llamada” . ya ni quiero estar conmigo.
Cada tanto, desparramo algunas gotitas de “quereme”- sólo cuando el alma, ablanda mis sentidos y mutila mi ceguera-.

Pero últimamente sucede tan poco…

9 comentarios:

yo dijo...

yo me asustaría si me fuera a golpear la puerta

Minombresabeahierba dijo...

que disfrutes con tu gente querida el dia del amigo. un abrazo

luis dijo...

al contrario, yo vigilo al amor. un dia de estos lo atrapo y no lo dejo ir nunca, carajo

Mar y Sol(a veces tenue y otras no) dijo...

Esas veces en que no queremos mirar, en que nos hacemos los distraídos, nos perdemos de tanto...
Un abrazo inmenso.

Anónimo dijo...

Las tornas cambiarán y sucederá más a menudo.
Tú manten la ventana abierta y por muy secreta que sea, el milagro volverá a producirse.
Alguien tan sensible como tú, debe triunfar sobre la soledad. Mucho ánimo.
Como puedes ver, a pesar de mis problemillas técnicos, no me olvidé de ti y aquí estoy de nuevo para leerte. Me busqué la vida para poder conectarme y me alegro, pues me encantó lo que descubrí en tu alfeizar.
Espero que vaya todo bien al otro lado. Un beso muy grande.

Eme dijo...

siempre nos miramos fijamente pero ninguno dice nada.

muy lindo :)

Javi! dijo...

escapa. Es mas sano. o inocuo.


PD: Saca la verificacion de la palabra. No me hagas buscarte y forzarte a cintazos.

Beso.

My dijo...

si tienes la suerte de poder divisarlo a lo lejos.. corre tras él!

Dying dijo...

Hace tanto que no visitaba mis blogs queridos que no me quedó claro si esto es continuación de tu novela Verónica o uno de tus escritos, pero sea como sea recuerdo que la última vez que te lei, quiza hace unos dos meses(?) tu blog rebosaba de amor vivo y pleno!!